Llegan noticias sorprendentes desde el Everest, ya que Simone Moro, Ueli Steck y Jon Griffith han sido atacados por un grupo de 100 sherpas, llegando a sufrir golpes y amenazas de muerte.

Todo empezó cuando el trio que intenta una nueva vía al Everest se cruzó con un grupo de sherpas que fijaban cuerda en la cra del Lhotse, entre el campo 2 y 3. Según declaraciones de los alpinistas ascendieron paralelos a la cuerda pero separados unos 50 metros para no interferir en los trabajos. Cuando llegaron a los 7200 metros donde tenían instalada su tienda, los tres se vieron obligados a cruzar por encima de la cuerda fija, lo hicieron en una reunión donde estaban 4 sherpas.

El líder de los sherpas descendió y se enfrentó a Steck y Moro. Tras discutir y el ofrecimiento de Steck de ayudarles a instalar la cuerda, el grupo de sherpas descendió acusándoles de haber dañado a uno de ellos al caerle hielo.

Cuando los alpinistas regresaron al campo 2, fueron rodeados por 100 sherpas que empezaron a golpearles y tirarles piedras. Amenazándolos de muerte y dándoles un día para abandonar la zona.

Los tres descendieron en condiciones precarias ante el nivel de las amenazas y fueron luego evacuados por el gobierno nepalí que está investigando lo sucedido.

Tras unos hechos tan graves, parece que la expedición se ha cancelado. Steck ha declarado a la prensa suiza que se vuelve a casa y Moro continuará en la zona pero ejerciendo labores de piloto del helicóptero de rescate de su empresa.

Los tres alpinistas creen que la reacción ha sido la válvula de escape de un problema que lleva tiempo sucediendo y que tiene que ver en la forma que los sherpas son tratados por muchos occidentales. Sea como sea, el incidente marca un punto de inflexión en la historia del himalayismo y debe hacer reflexionar a más de uno sobre a donde se dirige.